"Anatomía de una caída" de Justine Triet, ganadora de la Palma de Oro en Cannes, ha tenido su presentación en San Sebastian con gran expectación. Le ha acompañado lo nuevo de Trueba, "Dispararon al pianista" y las películas "Esto te va a doler", "All dirt road taste of salt" y "Kalak".
Comenzamos el segundo día, en el Teatro Victoria Eugenia, después de un buen desayuno, con la película "Esto te va a doler". Anna (Jessie Buckley) sospecha cada vez más que su relación con su pareja de toda la vida, Ryan, puede no estar funcionando de verdad. En un intento por mejorar las cosas, se embarca en secreto en una nueva misión trabajando en un misterioso instituto diseñado para incitar y probar la presencia del amor romántico en parejas cada vez más desesperadas.
En un mundo no muy lejano, se inventa una máquina que estudia las uñas mediante una nueva tecnología que puede predecir si una pareja es compatible y duradera en el amor. Bajo esta premisa tan loca y disparatada, y a la vez tan divertida y grotesca, una distopía de ciencia ficción, el director Christo Nokou que fue el asistente en la película "Canino" de Yorgo Lanthimos.
Su primer trabajo fue en el 2020 con "Apples" en el que nos contaba que una enfermedad había borrado los recuerdos de ciertas personas. Quizás al finalizar la proyección se puede comparar mucho esta película con otra que guarda ciertas semejanzas, como "The Lobster", y también puede encajar bien como un capítulo de "Black Mirror".
La idea es atrayente, y curiosa, no me convence, pero no está mal, un cine independiente que intenta desarrollar algún tipo de drama intimista, el gran hándicap es que no hay química entre los protagonistas y esa carencia entre ellos, en un drama amoroso desaprovecha todo su planteamiento, esa máquina que da resultados analíticos de los sentimientos de corazón, poco desarrollo para lo que podría dar de sí el tema.
La trama central funciona, hasta los minutos finales, en donde las situaciones son reiterativas y se podía haber recortado el metraje, y el desenlace es bastante convencional. Los personajes están bien dibujados, tiene tendencias al mal comportamiento autodestructivo, como romances reconocibles no muy alejados de lo cotidiano, es como un paseo largo y entretenido por un camino corto. Se deja ver, que eso ya es importante. y se agradece en la primera proyección de este primer sábado.
La segunda película del día es "All dirt road taste of salt", una exploración a lo largo de décadas de la vida de una mujer en Mississippi y una oda a las generaciones de personas, lugares y momentos inefables que nos conforman. Su directora y poetisa Raven Jackson, en su debut nos lleva por el retrato de personas el diálogo escaso, la observación de la vida de de sonidos de un río, de la lluvia los pájaros, el intento de llevarnos a un viaje a los sentidos del oído y del tacto con una excelente fotografía de gran belleza, y por qué no, también con buenas interpretaciones, pero en sus 90 minutos, lo que quiere contar, no lo consigue, y si encima no conectas con lo visual, puede considerarse aburrido, así como, un descontrol narrativo, como una obra de grandes ambiciones construida sobre arena.
Dicho esto, es una de las apuestas de este festival con más sensibilidad poética.
El título del film es un verso que Jackson ya compuso. Salió de una conversación que tuvo con su abuela. En sus declaraciones, que nos llevó a recuerdos e intimidad familiar , la abuela de la ficción lleva el nombre de su abuela real, su homenaje más allá de guiños autobiográficos en un océano de gestos y miradas la historia es un baile a través de la misma idea del tiempo, el montaje avanza sin avisarnos de los saltos temporales de bebe, niña, adolescente y mujer anciana.
En la rueda de prensa resaltó muchas de esas ideas, en la que todo está presente en los ciclos de la naturaleza. "Cuando la estaba rodando sabia lo que quería, pero siempre me mantenía abierta al Flow de la escena, en un ejercicio de estar presente, en esas frustraciones , recelos abandonos, abrazos, y que es muy difícil o no se puede escribir como de largo es un abrazo". Arrancó a escribir la película en el 2018, con visita al año siguiente al Festival de San Sebastián, con el programa de desarrollo del Zinemaldia, cinco años para levantar una producción muy ambiciosa, rodada en 35 milímetros, y ese rodaje en Mississippi con abundantes lluvias y truenos, y la gente de allí que abrieron sus puertas.
Una película que no se parece a ninguna otra, más interesante en el sonido y las imágenes que en la narrativa o en un guion muy tradicional, un drama que juega con la memoria, y que eso sí, recrea como un toque o un sonido puede significar más que una frase, que no te dejará indiferente, para bien o para mal, un lenguaje visual nítido. Lo dejo a su elección, para su visionado.
De casco antiguo del Cine Principal, después del almuerzo, nos encaminamos para el Kursaal, la siguiente propuesta es "Kalak". Jan, enfermero y padre, sufrió abusos sexuales de su padre cuando era adolescente. Trabaja en Nuuk, Groenlandia, e intenta conectar con la cultura a través del sexo. Cuando alguien le llama Kalak, palabra groenlandesa que tiene el doble significado de denotar tanto a un groenlandés "verdadero" como a uno "sucio", lleva el epíteto como una insignia de honor, aparentemente un insulto y un cumplido pero implicado la posibilidad de integración en la sociedad a la que ha elegido escapar.
Hay veces que uno sale con mal cuerpo de ver una película, pues ésta es una de ellas, su directora y guionista Isabella Eklof, lo comentó, "me encanta trabajar con las expectativas del espectador", situada en una dura historia de abuso sexual como la continuación de "Holiday" su opera prima de 2018, sobre las tribulaciones de la novia de un gánster y guionista de la sorprendente "Border".
Y se sigue ganando una reputación por su estilo rigurosamente frio para situarnos, el nombre que da titulo a la película, ser un Kalak el termino empleado en Groenlandia es como desprecio mas o menos quería decir sucio groelandés o enorme idiota.
A medida que va avanzando el metraje se amplia los temas de la pedofilia, los abusos sexuales infantiles con resignación de muchas de las mujeres y niños de las pequeñas comunidades. Isabelle contó que el rodaje en la costa oeste de Groenlandia fue una locura, a causa de las condiciones meteorológicas, rodar con tanta nieve no resultó nada sencillo y además padecieron durante el rodaje tormentas muy violentas, un desafío que lo hacía todo más interesante y le daba más vida al guion.
Además para ella era fundamental rodar en las mismas localizaciones donde la historia original tiene lugar, en los lugares y comunidades donde Kin Leine, la otra guionista, tuvo sus vivencias durante un periodo de quince años.
Rodar allí permitió también poder trabajar y realizar talleres con grupo de mujeres nativas. De hecho, los personajes nativos que aparecen en la película son realmente las personas que viven allí. Conozco a estas personas. "Esta es la novela de Kim y tiene un carácter autobiográfico pero aquí también se esta contando la experiencia personal de mi pasado disfuncional", confesó Larse.
Mención aparte merece la interpretación de Emil Johnsen, en un papel muy inquietante, aparentemente equilibrado y feliz casado, con dos hijos pero muy reacio a contar nada de su vida pasada, de los abusos, a leer esas cartas que le manda su padre, que ahora padece un cáncer terminal de garganta.
Y en esa búsqueda de la aceptación, de ser promiscua, es una constante, en sus salidas nocturnas, en la necesidad de relaciones extramatrimoniales, que su mujer tolera tranquilamente, se nos hace raro.
Es también muy complejo las otras mujeres de su vida, y sobre todo con una joven de la comunidad cuyo sentimiento hacia él, de abandono, tendrá trágicas consecuencias, como las tendrá sus encuentros con el médico cansado del mundo que vende a Jan, los beneficios de automedicarse, que lo llevará al desastre y su propia autodestrucción. Jan es Emil Johnsen, que lo habíamos visto recientemente en 2021 "HIM", y hace que a veces empaticemos con él, a veces una figura brutalizada, otras con una sonrisa gentil, un superviviente y un amoroso hombre de familia, en otras muy egoísta y buscando su propio placer sexual.
Desde el minuto uno, es pura incomodidad, con esa escena inicial donde un joven en un sofá y un hombre mayor en bata se le acerca y sin mucho preámbulos le masturba. Es la escena del abuso de un padre a su hijo. Un más que merecido notable, que te hace remover en la butaca, y enhorabuena por su elección en la Sección Oficial.
"Dispararon al pianista" es la nueva propuesta de Fernando Trueba. Trece años después del estreno de "Chico y Rita", se ha presentado fuera de concurso, esta película de animación, que mezcla ficción con el género documental y en que la cual un periodista musical de Nueva York comienza una trepidante investigación detrás de la misteriosa desaparición del pianista brasileño, Tenorio Jr, habitual de Vinicius de Moraes, entre otros.
Este thriller de animación, al ritmo de jazz y bossa-nova, supone un punto de inflexión justo antes de que el continente latinoamericano fuera envuelto por regímenes totalitarios. La historia de esta película se inicia cuando Trueba descubrió a Tenorio escuchando un solo de piano entre unos discos que compro en Brasil, mientras rodaba "El Milagro Candel". En el 2005 se presentaba en el Zinemaldia un documental sobre él, y a partir de ese momento, comenzó la investigación y una búsqueda que le llevó a grabar más de 150 entrevistas a amigos, músicos, familia y personas relacionadas con la desaparición del pianista.
En la rueda posterior a la proyección contó que tuvo la loca idea de convertirlo en animación, un documental se habría convertido en una sucesión de bustos parlantes. "Hay veces que la ficción es más veraz que la realidad, y en este caso, me pareció más creíble que fuera un estadounidense no un director de cine español el que investigara el caso". El cineasta justificó esta decisión aludiendo a la poca repercusión que bossa nova ha tenido en España, no así en Estado Unidos. Además, la vinculación tan directa que el país norteamericano tuvo en las dictaduras de aquella época lo hacía doblemente interesante.
Por su parte Javier Mariscal, reconoció que, a nivel de animación, la película es muy arriesgada, según el creador de Cobi, el largometraje propone un tipo de animación que requiere complicidad del espectador. Esto no es un batido, es como una especie de carne cruda que cada uno tiene que cocinar a su gusto. No en vano, la cita recoge los audios originales grabados en las entrevistas de Trueba.
Como animación los dibujos son bastante irregulares para los ojos, animación en 3D, la rotoscopia, el dibujo sobre la imagen real es demasiado evidente ese realismo rompe un poco con la coherencia visual, es hermosa, pero discurre en un plano de atonía. A pesar de un ritmo trepidante de pesquisas y testimonios que a ratos es apabullante, un exhaustivo recorrido.
Una vez que se comienza a alargar tanto la segunda parte, empieza a ser muy previsible, y lo que comenté antes, las escenas de los músicos del panorama musical brasileño, el ritmo de jazz y de samba, es tanta la información que te satura, que lastran un poco el contenido general en cuanto al modo y ritmo de verla. Sobre todo, la memoria nos recuerda que este tipo de cosas no pueden volver a suceder en ningún país del mundo, las dictaduras y la desaparición de personas. Es un recordatorio de lo importante que es recordar el pasado y aprender de él. Lo que sí resulta incuestionable es que se merece todos los respetos por su verdad, su honestidad y su trabajo incansable de investigación.
La última y quinta película del día es "Anatomía de una caída", una producción francesa que nos lleva a la vida de Sandra, una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira.
La verdad que merecía la pena quedarse hoy en el cine Principal a las 22.15, con una película cuyo metraje dura 150 minutos después de cuatro películas anteriores, y no es para menos, la última ganadora de la Palma de Oro de Cannes, y por tercera vez en toda su historia que obtiene el máximo galardón una mujer directora Justine Triet. Un film que de forma pausada pero milimétrica, va diseccionando cinematográficamente no solo lo estrictamente relativo a un posible asesinato o suicidio, sino toda la compleja dinámica de la pareja.
Triet hace que en un momento, el espectador sienta como disuelve fílmicamente la brecha que separa la realidad de la ficción literaria, como las constantes alusiones a los textos de la escritora durante el juicio que deben comprenderse como intentos jurídicos de dotar de determinación a una circunstancias de la cual solo se puede elaborar conjeturas. Un autentico viacrucis y su intento de demostrar su inocencia, y como explica la directora con los prejuicios que tienen que ver con su condición de mujer, "no solo goza del éxito que nunca ha tenido su marido, sino que le es infiel, encima bisexual y para mas inri, es extranjera, pero sobre todo es alguien que domina la palabra y el relato, todo hace que sea la perfecta culpable", ella misma afirma que hay algo que no se les perdona a una mujer es que tenga ambiciones.
La cineasta reconoce que ha conocido una evolución personal en ese sentido, "cuando estudiaba Bellas Artes me ofrecieron formar parte de una exposición colectiva y yo me negué, no quería quedar encasillada. Pero ahora pienso que es necesario reivindicar nuestra singularidad como creadoras porque lo tenemos más difícil de visibilizar nuestro trabajo." La propia película y con suma calidad, muestra el proceso de desmantelamiento de una relación, de una familia, de un proyecto que no pudo sedimentarse por los egos, los resentimientos, las ofensas, como de un pasado feliz, y el mayo acierto es que después de todo el metraje no sabemos si es culpable o no, no persigue construir situaciones que den un vuelco de 180 grados con respecto a otras de juicios a lo largo de la historia.
Una historia que los que estamos al otro lado de la pantalla no vamos a empatizar con la protagonista, que sea un héroe o un villano, su suerte es la nuestra, podríamos decir que le puede faltar capacidad para emocionar en la parte dramática, y mucha capacidad para intrigar en su faceta de thriller, o también podría ser una obra de teatro que se desarrolla en varios escenarios. Aprovecha muy bien los espacios físicos de la historia, la vivienda, que se sitúa en dos realidades distintas: el lugar de la muerte y el hogar familiar.
En el papel protagonista de Sandra está la alemana Sandra Huller, que realiza una extraordinaria interpretación, a ratos contenidas, a ratos con grandes arrebatos emocionales, crea una atmósfera junto con el resto del reparto, realista, que favorece el tono casi documental de la película. Una de las propuestas más interesantes de este año, con una intriga que hace aflorar los sentimientos del espectador y sobre todo, que le hace pensar lo que acaba de ver. De visión obligada.
JOSE ANTONIO DIAZ
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