Tras clausurar la sección Perlas en el Festival de cine de San Sebastián, se presenta en pantalla grande el nuevo trabajo de Oriol Paulo titulado "Los renglones torcidos de Dios". Basada en la novela del mismo nombre de Torcuato Luca de Tena, por diferentes motivos la película nos traslada a títulos como "Shutter island" ó "Alguien voló sobre el nido del cuco" pero con el toque inconfundible del director catalán.
Al que conozca la obra de Oriol Paulo, le resultará fácil identificar el tipo de película que se va a encontrar. El director y guionista se ha caracterizado por mantener una visión muy hitchcockiana del cine en una búsqueda constante por sorprender al espectador a través de giros inesperados. Buenos ejemplos son "El cuerpo", opera prima que le valió la nominación a los Goya en la categoría de Dirección novel, o "Contratiempo", donde un joven empresario era acusado de asesinato.
La obra de Torcuato Luca de Tena, "Los renglones torcidos de Dios", cumple los requisitos que podían motivar al director para adaptarla cinematográficamente. Alice Gould, muy bien interpretada por Bárbara Lennie, nos mantiene en una constante disyuntiva. ¿Tiene trastornadas sus facultades mentales o es una detective infiltrada en el psiquiátrico?
El autor de la novela, escrita en 1979, estuvo internado en un centro durante 18 días para convivir con los pacientes y conocer sus historias y sus actitudes. Con ese conocimiento el libro tuvo mucha más verdad y generó más autenticidad. En la película, pese a su extensa duración que supera los 150 minutos, nos falta desarrollar algunos personajes para conocer sus motivaciones y empatizar mejor con ellos.
Aún así, la película se desarrolla con buen ritmo y sin un ápice de pérdida de interés. Entretiene e intriga a partes iguales con una continua revelación de detalles y flashbacks que descolocan al espectador, expectante ante la resolución de semejante enredo. Para mi gusto, el uso que hace Oriol Paulo con los flashbacks tiene poco sentido en un film que ya de por sí mantiene un pulso constante con el enfrentamiento entre verdad e ilusión.
Buena parte del éxito se sostiene en un conjunto de secundarios de lujo encabezados por Eduard Fernández como director del centro. Sin embargo, no debemos olvidar a actrices como Loreto Mauleón ("Patria") o Adelfa Calvo ("El autor") y actores como Pablo Derqui ("Dos") o Federico Aguado ("La peste").
En definitiva, nos encontramos ante un thriller de intriga con un alto componente dramático que obliga al espectador a repensar continuamente. Con una estupenda ambientación, nos resulta fácil entrar en ese centro psiquiátrico y buscar respuestas. No es el mejor trabajo del director y guionista Oriol Paulo pero sí un efectivo trabajo de entretenimiento que, además, nos acerca a la magistral obra de Torcuato Luca de Tena.
José Daniel Díaz
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