lunes, 15 de agosto de 2022

"Todo el mundo odia a Johan", o cómo ser despreciado por unas bombas de nada

Desde Noruega, y tras su paso por el BCN Film Fest, nos llega una irreverente y explosiva comedia dirigida por Hallvar Witzø. Se trata de "Todo el mundo odia a Johan", una comedia muy negra que nos sorprende por su originalidad y el buen uso de la sonrisa como arma de crítica social.

El cine europeo sigue dando gratas sorpresas, especialmente en la comedia negra. Rápidamente nos viene a la mente el director sueco Ruben Östlund, doble ganador en Cannes, que con películas como "Fuerza mayor" o "The Square" fue capaz de trasladarnos la miseria humana con un sentido del humor muy particular. Otro buen ejemplo es la alemana "Toni Erdmann" de Maren Ade, que obtuvo múltiples premios y nominaciones.

Ahora es una película noruega la que nos impresiona con su buen uso del humor para esta historia de amor salpicado de bombas. Johan pertenece a la familia Grande, un clan especializado en el uso de la dinamita que fueron esenciales para obtener la victoria en la II Guerra Mundial. El uso indiscriminado de estas bombas genera un fuerte rechazo en la aldea. A Johan, la exclusión social y alguna explosión descontrolada, le impide mantener una relación con la chica a la que ama pero eso no le impedirá intentarlo una y otra vez.


A lo largo de toda la vida del protagonista, muy bien interpretado por Pal Sverre Hagen, el desprecio y la incomprensión han sido el día a día de Johan. La envidia y el reproche colectivo durante generaciones provocaron el aislamiento social. Así es difícil la convivencia.

Es interesante el contraste entre la ciudad cosmopolita y anónima, y la aldea pequeña y familiar. Mientras Johan es tratado como un gran profesional en EEUU, en su pueblo natal nadie entiende su "talento". Y aún así, es curioso cómo siempre regresamos a nuestras raíces. Johan quiere ser feliz donde toda su familia lo fue durante mucho tiempo. Se siente atado a su árbol generacional y esa es la fuerza que le ayuda a superar los grandes imprevistos.


Una historia que esconde una búsqueda constante de la felicidad y el amor a través de una sucesión de catastróficas desdichas. Sin embargo, pese a su formato de comedia absurda con tintes surrealistas, la emoción y la empatía se apoderan del espectador. Una buena opera prima de su director que se estrena el 18 de agosto en la cartelera española.

José Daniel Díaz

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