miércoles, 16 de marzo de 2022

Crítica: "La peor persona del mundo"

Presentada en la 66 edición de la Semana internacional de cine de Valladolid (Seminci) y nominada al Oscar a mejor guión original y mejor película internacional, llega a la cartelera española "La peor persona del mundo" de Joaquim Trier, un retrato generacional que, con un formato de comedia romántica, traslada al espectador las inseguridades, los errores y un cierto mensaje de desesperanza de una generación atrapada entre su independencia y la búsqueda de la felicidad.


El director noruego Joaquim Trier sorprendió al mundo cinematográfico con "Oslo, 31 de agosto",  un drama que se presentó en Cannes y lanzó su carrera. Desde entonces, cada nuevo trabajo ha generado más y más expectación. Su obra cumbre llega ahora con "La peor persona del mundo", una película que recorre el difícil camino de Julie, una treinteañera que vive la ilusión y la desesperanza como vía para alcanzar una felicidad idílica e inalcanzable.

Es indudable que muchas personas se sentirán identificadas con este retrato que navega con tono distendido por el difícil camino que lleva a la madurez y las responsabilidades. El desgaste en las relaciones de pareja o la búsqueda de nuevas ilusiones son solo la punta del iceberg de una evolución psicológica que cuesta administrar. Primero debe conocerse uno mismo para poder entender lo que necesita, y Trier lo refleja con una chica con la que empatizamos con facilidad aunque luego sus propias contradicciones contrarían al espectador.


Mención aparte merece la interpretación de Renate Reinsve, justa merecedora del premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes. Rápidamente hace suyo el personaje y solventa con naturalidad los diferentes estados emocionales que invaden a la protagonista.

Pese a las virtudes que acompañan a las dos horas de duración de "La peor persona del mundo", no podemos obviar sus errores. En ciertos momentos se abusa de los tópicos y el director maneja recursos o aprovecha situaciones para llevar el mensaje a su terreno. Dividir el film en episodios, por ejemplo, es una de esas "tretas" para teledirigir y predisponer al espectador.


Interesante propuesta de Joaquim Trier al que, seguramente, pronto veremos dirigiendo algún título norteamericano con alguna estrella de renombre en el reparto. Su carrera se ha disparado y Hollywood lo sabe.

José Daniel Díaz

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