Basada en la novela de Cristina Campos, "Pan de limón con semillas de amapola" de Benito Zambrano es un viaje emocional por la vida de dos hermanas muy distintas. Presentada en primicia en la Seminci de Valladolid, es evidente la mano del director sevillano que logra dotar de personalidad una película que bien podría haberse quedado en un panfleto sentimentaloide de domingo por la tarde.
La novela de Cristina Campos nos traslada a Valldemossa, un pequeño pueblo de Mallorca, donde Anna (Eva Martín) y Mariana (Elia Galera) se reencuentran para vender la panadería familiar. Una excusa para presentarnos a dos personajes diametralmente distintos cuyas vidas y experiencias no tienen nada en común.
Benito Zambrano que tanto triunfó con "Solas" y "La voz dormida", recoge este encargo y consigue aportar su propio sello. Aún así es difícil no verlo como un telefilme donde las penurias se suceden y las dificultades se multiplican. Una película que parece más pensada para su emisión en televisión que para una cartelera abarrotada de títulos nacionales.
Pese a ser una historia de mujeres, los personajes son muy planos y predecibles. Carece de la profundidad necesaria para emocionarnos o sorprendernos. Una película pensada para la lágrima fácil que sin duda calará en un público muy dispuesto a este tipo de dramas.
Es difícil destacar algo distinto al efectivo trabajo de Benito Zambrano, capaz de trasladar su sensibilidad a la pantalla, pero cuyo esfuerzo no se ve recompensado en el resto de áreas, principalmente por un guión poco desarrollado y una fotografía muy básica. Seguro que su emisión en televisión será un éxito pero no me parece suficiente para aprobar este fallido intento.
José Daniel Díaz
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