Un tiempo después de la clausura de la 53 edición del Festival de cine de Sitges, la más extraña vivida hasta la fecha me lanzo a escribir unas reflexiones sobre mi vivencia, que ha quedado con un agridulce sabor de boca.
Esta edición, la organización del festival, nos ha propuesto a las compañeras y compañeros que vamos como prensa la posibilidad de acreditarnos presencialmente o con la acreditación online. He aquí la primera gran duda. ¿Me acredito online o voy como cada año a disfrutar el festival?
La elección en esta ocasión fue la más sensata, que no la preferida. Decidí coger la acreditación online, para evitar desplazamientos y así prevenir contagios a mi familia y a mí mismo.
A pesar de la sensatez, no acerté con la acreditación. Un festival se vive in situ, con los compañeros y compañeras de butaca, haciendo largas colas para ver a los invitados, poder acceder a las ruedas de prensa y a los photocalls, largas colas en la entrada al cine comentando la película que acabas de ver y las siguientes que te vienen.
Todas esas sensaciones este año no las he tenido, no he disfrutado todos esos momentos ni he podido empaparme del espíritu Sitgero que todos aquellos que lo hayáis podido vivir sabéis que está ahí. Los aplausos cuando aparece nuestro querido King Kong en pantalla, o las emotivas ovaciones en determinados momentos álgidos de películas.
Sin duda, la edición online ha desbaratado bastante mi día a día en la organización de las películas. Con esta acreditación, la selección de películas no la hemos podido escoger nosotros, sino que nos ha venido marcada por el festival. Una selección de 25 películas (incluyendo los cortos) algo que para mí ha sido un desacierto, y que no me ha ayudado a vivirlo.
Evidentemente no tiene que ser fácil montar un festival de estas magnitudes y de cara a la organización no tengo más que palabras de agradecimiento y darles mi más sincera enhorabuena en un año que seguramente no ha sido fácil.
Leo emocionadísimo el leitmotiv de la 54 edición del Festival, que girará en torno al mito del Hombre Lobo y la bestia interior liberada. El hype vuelve a subir y ya estamos esperando que pase este nefasto año y encaremos lo que será sin lugar a dudas un muy buen año cinéfilo para tod@s, esperando el que para mí y muchos es el Festival de cine más importante al que tengo la suerte de poder asistir año tras año.
David Sanmartí
@ddsanmarti
Festival de Sitges 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario