Crítica: "La boda de Rosa"

Tras el aplazamiento del Festival de Málaga por el COVID19, la nueva película de Icíar Bollaín se convirtió en la película inaugural del Festival coincidiendo con su estreno el 21 de agosto. "La boda de Rosa" es un excelente alegato sobre quererse a uno mismo, autoaceptarse y respetar nuestro espacio e inquietudes.

No es un secreto que Icíar Bollaín es una de las directoras más importantes del panorama español. Artífice de éxitos de crítica y público como "Te doy mis ojos" o "Hola, ¿estás sola?", sus últimos trabajos han mantenido la calidad y sensibilidad habitual en su filmografía. De hecho "Yuli" y "El olivo" son dos de sus mejores películas. 

Ahora nos presenta "La boda de Rosa", un título con el que nos vuelve a emocionar. Quizás no se hable suficiente de ese momento en el que llegas a una edad en la que necesitas tu espacio y tomar tus propias decisiones. A Rosa, interpretada de manera magistral por Candela Peña, le llega a los 45 años. Ha vivido siempre por y para su familia y por fin ha decidido tomar las riendas de su vida y casarse consigo misma.

Icíar Bollaín siempre tiene la capacidad de contar las historias con la dosis justa y necesaria de comedia, drama y emoción. Es imposible no empatizar con Rosa, reír y llorar con ella, sufrir y vivir su ilusión. En definitiva, entender que una persona debe buscar su felicidad pese a quien le pese. Candela Peña, cuya interpretación es de Goya, se mimetiza con el personaje. Reconozcamos que nos encontramos ante una pedazo de actriz.

Pero sería injusto no reconocer también el trabajo de los secundarios de lujo que forman Ramón Barea, Nathalie Poza y Sergi López junto con la revelación Paula Usero. Todos ellos excepcionales. 

Indiscutiblemente nos encontramos ante uno de los grandes títulos del cine español este año. Una película imprescindible en la filmografía de Icíar Bollaín que emocionará al espectador y hará recapacitar a más de uno. Todos merecemos la oportunidad de intentar querernos y valorarnos un poco más y, sobre todo, que nuestro entorno lo entienda y apoye.

José Daniel Díaz