El Festival va llegando a su fin. Por suerte la segunda mitad de Festival está presentando los títulos más interesantes y destacables. En Sección Oficial se ha presentado la coproducción argentina-brasileña "La voz del silencio" de Andre Ristum y en Málaga Premiere la española "Solo" de Hugo Stuven.
"La voz del silencio" es una película difícil, incómoda de ver. Historias tristes y dolorosas; el silencio y la soledad de personas que viven en la gran ciudad a través de historias cruzadas, que al final confluyen en un hospital.
Así encontramos a una bailarina clásica casada con un secretario de desahucios, al que le gusta abusar de las chicas; una joven cantante que trabaja en un club de mala muerte; un viejo locutor de radio que va a verla y al que descubren un cáncer terminal; su hija con su nieto, al que no puede atender por exceso de trabajo; una madre que expulsa a su hijo de la casa por tener sida.
Un mosaico de supuestos perdedores donde todos pelean en el día a día, gritan en silencio, luchan por cambiar sus vidas, por tomar decisiones. Una película para no impacientes. Se deja ver.
"Solo", presentada en la sección no competitiva Málaga Premiere, nos cuenta la historia real de Álvaro Vizcaíno, un surfista desaparecido durante varios días en 2014, tras caer desde un acantilado en Fuerteventura.
Dirigida por Hugo Stuven y protagonizada por Alain Hernández y Aura Garrido, fue rodada en los mismos escenarios donde ocurrió. Una apuesta arriesgada que ofrece una parte de aventura y otra emocional. También cabe resaltar cómo la cámara casi siempre está colocada en el punto de vista del protagonista. Una situación límite que en la película se refleja con toda la angustia y desolación y la simple compañía de todos sus recuerdos. Y una frase muy indicativa:"no quiero morir, no quiero morir".
Rodada con mucha soltura, sobre todo las escenas de surf y en alta mar, destaca por una buena fotografía y unos espacios naturales maravillosos. Álvaro Vizcaíno estuvo presente en la rueda de prensa y nos contó que su salvación llegó en el momento en el que perdió el miedo y aceptó que se iba a ahogar. Una llamada de la vida, donde el mar no tiene la culpa, acompañado solo de las emociones. Un angustioso argumento que esconde un mensaje total de esperanza y recuperación.
José Antonio Díaz
@jose_a_diaz_do
Festival de Málaga
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